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miércoles, 6 de noviembre de 2013

10:31 0
David Catá nace en Lugo. Es un artista que ha investigado con distintos medios, se interesó en primer lugar por la música, posteriormente comienza con la pintura, hasta llegar a la escuela de fotografía EFTI en Madrid, donde realiza el Máster fotográfico de concepto y creación. Actualmente vive en Viveiro, donde desarrolla sus proyectos personales investigando con los distintos medios a su alcance. Sus trabajos reflexionan en torno a temas como el tiempo, la memoria y el olvido. Trabaja no sólo fotografía y vídeo, sino también pintura, escultura, performance.
Hoy traemos a nuestro blog  “A flor de piel”, una obra que reflexiona en torno a las relaciones personales, la memoria, el dolor... No pasa desapercibido, y tras la primera impresión tiene todo un conjunto de capas de significado que lo convierten en un trabajo pero que muy interesante. “ 'A flor de piel' es un diario autobiográfico en el que mi cuerpo es el soporte. Sobre él escribo la historia de mi vida. Por medio de cosidos reales realizados sobre la palma de mi mano, retrato los rostros de todas esas personas que, de alguna forma, me han marcado a lo largo de mi vida; familia, amigos, parejas, profesores... Sus vidas se han entretejido con la mía para construir mi historia, una historia que finalizará cuando me quede sin hojas sobre las que escribir” (David Catá).


A Flor de Piel


Abuelo Catá. A flor de piel, 06. Baritado sobre dibond. 50 x 50 cm c/u

 
Abuelo Catá, Vitrina “A flor de piel”. 
Fotografía, hilo y piel. 10 X 15 cm c/u

 
Tía Fe. A flor de piel, 07. Baritado sobre dibond. 50 x 50 cm c/u

Tía Fe, Vitrina “A flor de piel”. 
Fotografía, hilo y piel. 10 X 15 cm


Abuelo Raimundo. A flor de piel, 08. Baritado sobre dibond. 50 x 50 cm c/u

Abuelo Raimundo, Vitrina “A flor de piel”. 
Fotografía, hilo y piel. 10 X 15 cm


Ciuco Gutiérrez, profesor de fotografía. A flor de piel, 18. Baritado sobre dibond. 50 x 50 cm c/u

Ciuco Gutiérrez, Vitrina “A flor de piel”. 
Fotografía, hilo y piel. 10 X 15 cm


-FG: David, tu trabajo nos habla de la memoria, de la huella que dejan los seres queridos, del olvido y de cómo estos procesos al mismo tiempo nos causan sensaciones... tristeza, dolor... Tienes otros trabajos, como "Bajo mi piel", en el que también encontramos las manos como lienzo... ¿Porqué las manos? 
-D.C: En las manos se reflejan nuestras vivencias, en ellas se encuentran las líneas de la vida, nuestras huellas dactilares únicas e irrepetibles que nos diferencian del resto de las personas. Al ver una mano se pueden analizar muchos aspectos de la vida de esa persona. Con ellas tocamos, sentimos, experimentamos, acariciamos y dejamos nuestra huella… Es por eso que utilizo las manos como soporte artístico en mis proyectos, es una manera simbólica de representar el rastro que dejan las personas que pasan por nuestras vidas y el rastro que nosotros dejamos.

-FG: Tus series hablan de huellas, y al mismo tiempo, tus acciones también provocan huellas, pero en este caso, las solapas unas a las otras, las conviertes en huellas efímeras. ¿Crees que la memoria trabaja de la misma forma? ¿Vamos solapando recuerdos, momentos, huellas unas sobre las otras y transformando lo vivido? 
-D.C: Cierto, mis acciones ocasionan un daño físico que deja una huella efímera, que se cura con el tiempo pero a pesar de que estas huellas desaparezcan de mi cuerpo y no se puedan ver, siguen latentes.
La memoria actúa de una forma similar, en ella se almacenan nuestras vivencias, todos tenemos una historia en constante evolución que nos va transformando.

-FG: En el vídeo performance podemos ver una metáfora del olvido, vas deshaciendo esos retratos de la palma de la mano, se van borrando los rostros... ¿Porque vemos sólo la deconstrucción y no la construcción?
-D.C: El proyecto “A flor de piel” es un diario autobiográfico en el que represento los rostros de las personas que considero que me han marcado en mi vida, en la vídeo performance se ve la deconstrucción del retrato ya que represento el rastro que dejan. Las huellas que estas personas nos dejan nos forman, sin ellos no somos. Por este motivo, he realizado un proyecto que todavía no he publicado que se titula “Mi vida a flor de piel” en el que elaboro un autorretrato cosido en la palma de mi mano. Sería como la cara B del proyecto “A flor de piel”. En el vídeo se puede ver como voy cosiéndome mi rostro vivencia a vivencia. En cada puntada está implícita cada una de esas personas que forman parte de mi vida, que me hacen ser, ellos me construyen…

-FG: ¿Cómo surge un proyecto como este? ¿La necesidad de una acción como la que realizas en este trabajo? ¿Como es el proceso?
-D.C: El proyecto surgió de una manera muy natural como fruto de una investigación que estoy realizando sobre la memoria en mis proyectos artísticos.  Podría decir que cogió forma cuando realicé el máster fotográfico de concepto y creación en la escuela EFTI, tras estar varios meses utilizando mi cuerpo como soporte en mis proyectos artísticos.
Para mi este es un proyecto muy importante ya que en él se ven simbolizadas personas que son representativas en mi vida. Siempre he trabajado con el tema de la memoria en todos mis trabajos, de alguna manera han estado ligados a la necesidad de preservar, conservar y proteger a las personas que me rodean, pero la imposibilidad de conseguirlo los transforma en huella.
“A flor de piel” está pensado como un diario, lo que quiere decir que es un proyecto que estaré realizando hasta el día en el que me muera. Estará en constante evolución por lo que es un proceso lento. La piel tiene que regenerar entre acción y acción y también influyen factores como mi estado de ánimo para realizar los cosidos, no puede ser forzado.  
Hasta el momento, desde el año 2011 que comencé el proyecto he realizado 18 retratos de familia, amigos, parejas y profesores.

-FG: Es un trabajo en proceso, ¿cómo seleccionas las imágenes de los retratados? ¿Son imágenes del álbum familiar? ¿Las haces tú? 
-D.C: Pues depende, algunas de las imágenes que selecciono si que forman parte de ese álbum familiar y otras las realizo yo.  Lo que me interesa, en este caso, es la imagen de esa persona para realizar la acción y no tanto quien realiza la fotografía.

-FG: Hace poco has expuesto este trabajo en EFTI, Madrid, como ha sido el feedback que has recibido?
-D.C: Muy bueno, he tenido la oportunidad también de realizar una performance en directo de “A flor de piel” y me sentí muy a gusto. Soy consciente de que es un trabajo que puede generar cierto rechazo al tratarse de una acción poco amable a los ojos del espectador. Mi cuerpo se ve dañado en el proceso pero considero que es completamente necesario para abordar y transmitir el mensaje. De todas formas, no hay que quedarse en lo superficial de la acción, ya que lejos de parecer una acción dolorosa, está cargada de cariño hacia esas personas. Es una acción simbólica sobre la pérdida y el olvido de un ser querido.

-FG: David, ¿que otros proyectos tienes en marcha o en la cabeza?
-D.C: Tengo muchos proyectos en mente que quiero empezar a trabajar y otros que por diversas razones he abandonado y que quiero retomar. También he retomado mis clases de música tras 8 años de parón y me gustaría poder fusionar la música con algunos de mis proyectos.
El 14 de este mes inauguro una exposición individual en Ferrol, dentro del programa del “Outono fotográfico” y estaré en las ferias Room Art Fair y Cuarto público.

Aquí os dejamos un enlace a la performance.

Muchísimas gracias David por compartir con Tener-Cultura tu trabajo y comentarlo con nosotras... Te seguiremos la pista muy de cerca... Y a todos nuestros lectores, recomendamos un buen paseo por la web de este joven artista... web David Catá.

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